Actualmente, el proyecto se encuentra en la etapa final de validación de la funcionalidad del prototipo a nivel de laboratorio y en la estandarización de las condiciones de producción que aseguren su viabilidad industrial.
La investigadora Ingrid Contardo, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética, lidera un proyecto que busca optimizar el valor proteico de la quinoa y los garbanzos mediante un proceso de fermentación innovador, capaz de mejorar la digestión y liberar una mayor cantidad de aminoácidos esenciales.
La tecnología aplicada consiste en la desestructuración de las proteínas vegetales compactas, lo que facilita el acceso de las enzimas digestivas y permite una mejor absorción de nutrientes.
“Este avance representa un beneficio directo para los consumidores, al ofrecerles una bebida vegetal que no solo mejora la biodisponibilidad de aminoácidos, clave en la reparación de tejidos, la síntesis de hormonas y el mantenimiento muscular, sino que además reduce las barreras digestivas asociadas a compuestos antinutrientes como los taninos o fitatos”, explica la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Unviersidad de los Andes.
“Si bien la quinoa y los garbanzos ya son reconocidos por su aporte proteico, este proceso fermentativo potencia su perfil nutricional y lo acerca al de las fuentes animales, lo que resulta especialmente valioso para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas”, agrega la académica Ingrid Contardo.
Actualmente, el proyecto se encuentra en la etapa final de validación de la funcionalidad del prototipo a nivel de laboratorio y en la estandarización de las condiciones de producción que aseguren su viabilidad industrial. Los siguientes pasos consideran avanzar en la protección intelectual del método de obtención y/o formulación, con miras a su transferencia tecnológica y futura comercialización.
